
Córdoba ya tiene su primera estación para monitorear el crecimiento de los árboles
Los datos son clave para realizar proyecciones sobre los cambios más probables de los bosques y diseñar estrategias de adaptación al cambio climático.
Se trata del Premio Tyler, considerado por algunos como un “Nobel del medio ambiente”. Reconocieron su trabajo que muestra el entrelazamiento entre los humanos y la naturaleza.
Curiosidades11/02/2025
EcoObjetivo


Sandra Díaz, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), fue distinguida con el Premio Tyler al “Logro Ambiental”. Se trata de uno de los más importantes reconocimientos en esta área.
El galardón fue compartido con el antropólogo brasileño-estadounidense Eduardo Brondízio. Son las primeras personas de América del Sur en recibir este galardón, que ha reconocido a figuras como Jane Goodall, Jared Diamond, Eugene Odum y Mario Molina, entre otros. El comité del premio calificó a Díaz y Brondízio como dos “poderosas voces del Sur Global” en materia de ecología.
Ambos investigadores estudian el entrelazamiento de los seres humanos con la naturaleza, y buscan promover políticas, modelos de negocio e individuos que reconozcan su dependencia y responsabilidad compartida en la “trama de la vida”.
El premio Tyler fue establecido por John y Alice Tyler en 1973 y sus fondos son administrados por la Universidad del Sur de California. Algunos lo consideran como “el Nobel del medio ambiente”.
Trayectoria y premiación
Díaz es investigadora superior del Conicet en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, Imbiv (Conicet-UNC) y docente investigadora en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC. Ha recibido importantes distinciones como ser miembro de las academias de ciencias de Estados Unidos y de Francia; el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2019; y la medalla de la Sociedad Linneana de Londres (Linnean Society), la sociedad de historia natural más antigua del mundo.
Durante la conferencia de prensa que anunció su premiación, Díaz destacó cómo los seres humanos están profundamente entrelazados con el tejido de la vida en la Tierra, una idea que desafía la visión tradicional que separa a la humanidad de la naturaleza. Y enfatizó que la biodiversidad no solo debe medirse por la cantidad de especies, sino también por su funcionalidad dentro de los ecosistemas.
Díaz y colegas elaboraron un concepto clave, las contribuciones de la naturaleza a las personas, el cual busca capturar la diversidad de significados y beneficios que distintos grupos humanos atribuyen a la naturaleza. “Las personas establecen relaciones económicas, sociales y culturales muy diferentes con cada tipo de vegetación, moldeando así los ecosistemas a través de sus decisiones”, indicó.

Crisis climática global
Finalmente se refirió al negacionismo climático y la indiferencia de algunos líderes políticos globales a la importancia de cuidar la naturaleza. “La creciente narrativa de que el beneficio privado debe tener prioridad sobre el bien común, es extremadamente peligroso para nuestro futuro compartido. Si estas narrativas se afianzan y se expanden, corremos un grave riesgo de perder la oportunidad de asegurar un futuro mejor", comentó.
Y aseguró que la crisis de la naturaleza, la crisis climática y la crisis de desigualdades sociales inaceptables tienen una misma raíz: “La simple y antigua codicia a una escala masiva. Este modelo de relación con el planeta ve a otras formas de vida e incluso a otros seres humanos como meros objetos a explotar para obtener el máximo beneficio", enfatizó.
Sobre cómo salir de esta triple crisis, Díaz indicó que no se puede abordar un solo problema y olvidar los otros dos.
Sobre este punto ejemplificó: “Se podría impulsar masivamente la plantación de especies de rápido crecimiento y alto consumo de agua para capturar carbono rápidamente, o crear empleos en sectores industriales dañinos para la naturaleza y el clima con el fin de estimular la economía. Pero estas soluciones parciales, al ignorar el impacto en los otros dos problemas, terminarían siendo contraproducentes”.
Brondízio, el otro galardonado, es un antropólogo que lidera estudios interdisciplinarios sobre la Amazonia. Está pidiendo un cambio en la forma en que académicos, tomadores de decisiones y financiamiento internacional de clima y biodiversidad ven e interactúan con la Amazonia. Él cree que abordar las luchas socioeconómicas de los amazónicos es clave para enfrentar los problemas ambientales y climáticos.
“La investigación de Eduardo Brondízio ha iluminado el papel vital de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la conservación, mientras que el trabajo de Sandra Díaz ha sido fundamental para redefinir cómo se conceptualiza y valora la biodiversidad en las discusiones políticas en todo el mundo”, dijo Julia Marton-Lefèvre, presidenta del Premio Tyler. La ceremonia de entrega se llevará a cabo el 10 de abril de 2025 en Los Ángeles.
(Fotos: Diego Lima gentileza Premio Tyler)
Fuente: UNC



Los datos son clave para realizar proyecciones sobre los cambios más probables de los bosques y diseñar estrategias de adaptación al cambio climático.

Nacido en el marco de un proyecto de rewilding en El Parque Nacional Impenetrable, Chaco, el yaguareté Takajay fue trasladado y liberado en Iberá, Corrientes, donde aportará variabilidad genética.

Este descubrimiento reafirma la posición del pulpo como uno de los invertebrados más inteligentes y adaptables del reino animal.

Esta propuesta es una de las premiadas en el Desafío Innovar por el Clima. La idea es recoger residuos orgánicos para producir compost de alta calidad que se utiliza para la forestación de espacios verdes en Córdoba.

Se trata de un relevamiento que abarca a toda Argentina, realizado por una red de más de 50 especialistas, incluidos grupos de investigación de UNC y Conicet que analizaron 11 puntos de la hidrografía cordobesa.

Se trata de una iniciativa socioeducativa llevada adelante por los ministerios de Educación y de Bioagroindustria.



El objetivo es promover acciones para enfrentar la manera desigual en que el cambio climático afecta a las poblaciones del mundo, perjudicando principalmente a las personas más vulnerables. En total, 44 partes respaldaron el documento.

En la COP 30 se discutió sobre el uso de la tecnología para ayudar a la población a hacer frente a los efectos del cambio climático. Brasil compartió soluciones como el sistema de alerta para riesgos de eventos climáticos extremos.

Habrá diferentes stands para conocer sobre las 7R de la Economía Circular, aprender cómo se aplica esta experiencia en el municipio y qué hacen las empresas y emprendimientos de Córdoba por la sostenibilidad.

El “Belém 4X”, lanzado durante la Pre-COP, ha sido ratificado por 23 países hasta el momento. Este nuevo compromiso político se implementará a través del "Plan de Acción para Combustibles del Futuro".

La iniciativa avanza en la Agenda de Acción y supondrá una nueva forma de colaboración que reforzará el liderazgo y la implicación de los países en la movilización de financiamiento para el clima y el desarrollo.