Dióxido de carbono y cambio climático, ¿cómo se relacionan?

La forma en que nos movemos es la gran responsable de que vivamos en ollas de generación de emisiones de gases de efecto invernadero. De éstas, un tercio son generadas por el transporte urbano.

General01/02/2023EcoObjetivoEcoObjetivo
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Foto: Natalia Angarita / Greenpeace

Considerando que en promedio la mitad de las ciudades está ocupada por automóviles y que éste es uno de los consumos urbanos que puede acabar con los sistemas que nos dan vida en el planeta, es importante profundizar un poco más sobre este tema. 

Las ciudades tienen todo lo que necesitamos, son lindas, cambiantes y tienen mucho para entretenernos y divertirnos. Sin embargo, tienen una contra: a pesar que las urbes ocupan sólo 2% de la tierra, emiten el 70% de los gases contaminantes. 

La forma en que nos movemos es la gran responsable de que vivamos en ollas de generación de emisiones de gases de efecto invernadero. De éstas, un tercio son generadas por el transporte urbano.

Esto ocurre porque los automóviles, colectivos, trenes, etc., para funcionar queman combustible generando dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases causantes del cambio climático. 

A esto hay que sumarle que, como comprobó una investigación de Greenpeace, los embotellamientos generan más quema de combustible. ¿Imaginan cuánto se agrava el problema en ciudades con congestión vehicular?  

Con este dato no queremos hablar mal de las ciudades. Por el contrario, es necesario mejorarlas porque en convertirlas en sustentables está la clave de frenar parte de la causa del cambio climático, de mejorar la calidad del aire que respiramos y contribuir a la salud de todos los seres y del planeta.

Como no siempre es claro de qué se habla cuando se dice “efecto invernadero”. Cuando los gases llegan a la atmósfera, incluido el CO2, retienen parte del calor que el sol nos envía, al igual que en un invernadero. Sin ellos, nuestro planeta sería un bloque de hielo. Ahora bien, cuando la cantidad de estos gases aumenta y se altera el equilibrio, el clima cambia y se comporta de manera distinta.

Los combustibles fósiles son los grandes responsables de las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas que acentúa el denominado “efecto invernadero”. Por mucho tiempo se creyó que el uso de petróleo, gas y carbón tendría un límite: las reservas existentes. Hoy podemos comprobar que la crisis climática antecede el anunciado agotamiento de las reservas. Esta crisis pone un límite claro y urgente al uso de esos combustibles.

* Con información de Greenpeace

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