Así se prepara Colombia para cultivar un millón de fragmentos de coral

El proyecto pretende restaurar 200 hectáreas de arrecifes para 2023, el mayor esfuerzo de este tipo en el continente americano. Las zonas objeto de restauración abarcan las regiones marinas protegidas del Atlántico y el Pacífico.

Curiosidades29/06/2022EcoObjetivoEcoObjetivo
Corales
Así se prepara Colombia para cultivar un millón de fragmentos de coralFoto: ONU

Los tesoros marinos de Colombia suelen pasar desapercibidos, ya que el país es más conocido por sus montañas y los coloridos pueblos que salpican su región cafetera. Pero justo debajo de las olas, un vibrante mundo submarino con más de mil kilómetros cuadrados de arrecifes de coral espera a quienes se sumerjan.

Sin embargo, esta maravilla marina corre peligro. Científicos, expertos locales, activistas apasionados y habitantes de la isla dan la voz de alarma sobre el deterioro de uno de los ecosistemas más ricos del mar Caribe, mientras trabajan juntos para restaurarlo.

A través de su ONG, Ecomares, la bióloga Elvira Alvarado y sus compañeros llevan décadas estudiando y restaurando los arrecifes de coral, y ahora se han unido a una iniciativa nacional: "Un millón de corales por Colombia".

Lanzada el año pasado por el gobierno colombiano como parte de los compromisos adquiridos en el marco del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, el proyecto pretende cultivar un millón de fragmentos de coral y restaurar 200 hectáreas de arrecifes para 2023, el mayor esfuerzo de este tipo en el continente americano.

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Ecomares/Andrés Obregón - Elvira Alvarado buceando junto a sus colegas en Colombia.

Las zonas objeto de restauración abarcan las regiones marinas protegidas del Atlántico y el Pacífico del país, y principalmente la Reserva de la Biosfera de la UNESCO Seaflower (EN), un archipiélago oceánico con bancos de coral, pequeñas islas e islotes que forman parte de los atolones (arrecifes en forma de anillo), que son sistemas poco frecuentes en esta parte del mundo. De hecho, casi el 80% de los arrecifes de coral de la región del Caribe se han perdido en los últimos años, asolados por el desarrollo costero, la sobrepesca, el cambio climático y la contaminación.

El proyecto también abarca el Parque Nacional Corales del Rosario y San Bernardo que, alberga el arrecife coralino más extenso, diverso y desarrollado de la costa caribeña continental colombiana, lugar que bióloga marina Elvira Alvarado visita desde que era estudiante, hace unos 40 años.

"Fui a estudiar con mi profesor de invertebrados, y qué hermoso era este lugar. Era perfecto. Tenía todas las especies [vivas] como tenían que estar. Pero en menos de cuatro años, después de graduarme, presencié el daño y el deterioro del ecosistema. Vi la casi extinción de dos especies de corales y del erizo negro", recuerda con tristeza.

La bióloga fue testigo de la extinción masiva de los corales cuerno de ciervo y cuerno de alce de la familia Acropora del Caribe en la década de 1980, debido a un brote de enfermedad, y acelerada por los huracanes, la depredación, el aumento de la temperatura debido al cambio climático y la sedimentación causada por la contaminación, entre otros efectos.

Los acropóridos crecen como ramas a un ritmo relativamente rápido, e históricamente formaban grandes estructuras arrecifales y proporcionaban hábitat a peces e invertebrados. En la actualidad, la mayoría de estos arrecifes se han reducido a campos de escombros estériles, un estado antinatural entre los ecosistemas del Caribe.

Alvarado ha convertido en objetivo de su vida el restaurar la belleza que una vez conoció, estudiando la reproducción de estos corales, así como de otras especies que viven en los arrecifes colombianos que, ahora también se encuentran en mayor peligro debido a la aceleración del cambio climático en todo el mundo, y experimentando con formas para repoblarlos.

"Es como en el bosque. Si cortamos los árboles, por cada árbol que cortamos deberíamos plantar dos. La restauración debe ser para todos los ecosistemas. La Tierra no llegó a ser lo que es solo por casualidad, sino por la selección natural. La selección natural nos dice que estas especies de corales deberían estar aquí, así que eso es lo que estamos haciendo. Por cada coral que muere, tenemos que restaurar e intentar producir más individuos genéticamente diferentes que puedan sobrevivir a enfermedades o eventos de blanqueo en el futuro", detalla.

Creación de un vivero de coral bebé

En una pequeña embarcación capitaneada por Yeison González, un isleño que ha vivido del mar desde que nació, llegó nuestro equipo de Noticias ONU, dispuesto a participar del primer día del "maratón" de plantación de corales de Elvira, justo antes del Día de los Océanos.

"El mar nos lo da todo, pero también puede llevárselo todo si no lo cuidamos. Mira, a esa casa se le llevó la marea", nos dice Yeison González mientras llegamos a las Islas del Rosario, justo antes de atracar en Oceanario, un centro de conservación y educación de la vida marina dentro del Parque Nacional que presta espacio, alojamiento y equipamiento a los biólogos.

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Noticias ONU/Laura Quiñones - Corales cultivados en un vivero de mesa mediante la técnica de microfragmentación en Oceanario.

El equipo de Alvarado se instala en uno de los muelles bajo dos lonas en donde buzos, estudiantes y otros voluntarios se reúnen para escuchar las instrucciones de Alvarado. El primer paso es instalar lo que llaman "camas" en el lugar de restauración elegido, Isla Tesoro, a pocos kilómetros de donde nos encontramos.

"Estamos construyendo unas estructuras de acero que tendrán una malla en la parte superior con en forma de cama. Deben estar un metro por encima del sustrato [el fondo marino] para que los microfragmentos no sean asfixiados por el sedimento", dice, mientras un buzo dibuja un esquema de lo que harán en breve a seis metros de profundidad.

Instalarán tres mesas y, durante los próximos ocho días, colocarán 900 "galletas" que contienen cinco microfragmentos de coral de ocho especies diferentes cada una. El número de individuos de cada especie dependerá de los trozos de arrecife sanos que los buceadores puedan encontrar y recoger.

"Por ejemplo, la especie más dominante ahora mismo es la Orbicella, que son los corales que hacen estructuras en columna y tipo pagoda. Son abundantes aquí, por lo que tenemos 15 genotipos de cada una de ellas. Pero los Acropora Palmata [cuerno de alce], que es una especie muy escasa en el parque tras la extinción, solo tenemos dos colonias. Por supuesto, nos gustaría tener muchas más, pero no tenemos de dónde sacarlas", destaca la bióloga marina.

Su trabajo bajo el agua es como una danza coreografiada. Primero, buscan un lugar despejado para instalar la cama, asegurándose de que no haya amenazas en los alrededores, como colonias de algas, que compiten con los corales por los recursos.

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ONU Vídeo/David Mottershead - La bióloga marina Elvira Alvarado enseñando cómo hacer la microfragmentación de un coral con una sierra especial.

Una vez encuentran el lugar perfecto, lo bastante profundo para estar protegidos pero lo suficientemente poco profundo para recibir la necesaria luz solar, el equipo de buceo comienza a medir, colocar y martillear las barras de metal para crear la estructura.

Cuando terminen, su trabajo se asemejará a una mesa subacuática con docenas de micropiezas de coral en la parte superior, que finalmente se ramificarán en colonias de coral.

Las especies de crecimiento lento colocadas en estos lechos tardarán entre un año y un año y medio en crecer lo suficiente como para ser trasplantadas a los arrecifes más grandes, completando así la restauración. Una vez en los arrecifes, entre el 70 y el 80% sobrevivirán y formarán parte de una colonia mayor.

La vida trae más vida

Los arrecifes de coral han sobrevivido a la extinción de los dinosaurios, a la edad de hielo y a otros cambios ambientales masivos, y con algo de ayuda, sobrevivirán a los cambios climáticos que hasta ahora han caracterizado el comienzo del siglo XXI.

Hay mucho más en juego: además de su belleza natural y de las especies animales y vegetales que dependen de ellos para sobrevivir, los arrecifes de coral proporcionan a los humanos, seguridad alimentaria a través de la pesca; nos protegen de inundaciones y tormentas, y generan ingresos gracias a los millones de turistas y buceadores que viajan para apreciarlos. Algunos tienen propiedades antiinflamatorias, mientras que otros proporcionan la materia prima para algunos medicamentos que combaten el cáncer.

"La vida trae más vida, así que cuando se restauran estos lugares que inicialmente estaban degradados, se traen fragmentos vivos y empiezan a crecer, llega la vida, y con ella los peces. Con los peces también llega el resurgimiento de las actividades económicas de la gente de la región. Esto es beneficioso para todos y para el medio ambiente; no olvidemos que el 70% del oxígeno que respiramos se lo debemos a los océanos", destaca Hernández.

Un proyecto de restauración en Indonesia es la prueba viviente de lo que plantean estas biólogas. Los científicos y la comunidad de Salisi' Besar, en Sulawesi del Sur, plantaron 12.600 fragmentos de coral en 2019. En 2021, la cobertura del arrecife había aumentado del 1% a más del 70%, y la vida marina había aumentado en un 300%. El lugar fue bautizado como "Arrecife esperanza".

Fuente: ONU

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