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El agua de deshielo liberada por el iceberg gigante A68A provocó un refrescamiento y enfriamiento a gran escala de la superficie del océano circundante.
Curiosidades25/12/2023
EcoObjetivo


Los icebergs gigantes liberan agua de deshielo fresca y fría a medida que van a la deriva, perturbando las condiciones físicas de la superficie del océano. Cuando la masa de hielo es grande, las perturbaciones de las condiciones físicas del agua pueden ser enormes.
El colosal deshielo del iceberg A-68 ha dejado una profunda huella en el océano que circunda Georgia del Sur, en la subantártida. Este evento ha generado cambios significativos en la temperatura y salinidad del océano Austral, con posibles repercusiones de gran importancia para esta región de considerable valor ecológico.
En el año 2020, el iceberg supergigante A-68, del tamaño de Luxemburgo, se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C en 2017 y se desvió peligrosamente cerca de Georgia del Sur antes de iniciar su proceso de fragmentación. Este desprendimiento resultó en la liberación de considerables volúmenes de agua de deshielo fresca y fría en una zona relativamente reducida de la región.
Investigadores del British Antarctic Survey y la Universidad de Sheffield emplearon datos satelitales para examinar el impacto del deshielo del iceberg en la temperatura y salinidad de los primeros centímetros de la superficie del océano.
Los científicos observaron que las temperaturas registradas eran hasta 4,5 °C más frías que la media, mientras que la salinidad disminuyó en más de 10 psu (unidad para medir la cantidad de sal en el agua), representando alrededor de dos tercios de la salinidad normal de la superficie del océano.
Esta influencia del iceberg derretido se extendió mucho más allá de las proximidades de Georgia del Sur, ya que fue transportada por las corrientes oceánicas formando una extensa columna que se expandió por más de 1.000 kilómetros a través del Atlántico Sur.
La persistencia de la señal del agua de deshielo fue notable, ya que seguía siendo visible más de dos meses después de la desintegración del iceberg. Estos cambios físicos en la superficie del océano mantienen conexiones significativas con las condiciones biológicas.
Puntos clave
Sin embargo, también puede tener impactos negativos, alterando la temperatura, la salinidad y las condiciones de nutrientes a las que muchos de los habitantes del océano Austral están adaptados para prosperar.
El desprendimiento de este enorme iceberg creó una oportunidad única para evaluar el impacto del derretimiento en las condiciones de la superficie del océano. La climatóloga Roseanne Smith del British Antarctic Survey y coautora del estudio informó que “el iceberg A-68 fue uno de los más grandes y más estudiados.



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