Moon Bird y las aves migratorias, un ejemplo de la riqueza de la biodiversidad en Argentina

Se calcula que el 35 % de las aves en el país son migratorias, algunas como el playero rojizo y el cauquén colorado están amenazadas. El segundo sábado de mayo, se celebra una fecha que recupera su valor.

General18/05/2022EcoObjetivoEcoObjetivo
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Moon Bird

El pasado sábado 14 de mayo se conmemoró el Día Mundial de las Aves Migratorias, una campaña que todos los años se lleva a cabo para poner de relieve la necesidad de promover acciones tendientes a su cuidado y preservación. El reconocimiento por parte de la población de la existencia de estas aves y sus desplazamientos son claves además para el mantenimiento de los ecosistemas en los que habitan.

Un ejemplo del valor para la biodiversidad de las aves migratorias es la experiencia del individuo conocido como Moon Bird o B95, un ejemplar de playero rojizo (Calidris canutus rufa) que ya lleva recorridas distancias equivalentes a las que existen entre la Tierra y la Luna, de ahí su nombre. Se trata de un ave muy longeva que en sus vuelos migratorios se desplaza desde Tierra del Fuego hasta el Ártico, en Canadá, pasando además por territorio estadounidense. Sobreviviente de la sobrepesca, objeto de estudio e inspiradora de variadas historias, es el testimonio viviente de cambios en los ecosistemas planetarios.

Especies como la de Moon Bird habitan en Argentina: playeros, playeritos, golondrinas, chorlos, falaropos, becasas y cauquenes colorados, comunes y de cabeza gris son algunas de las aves migratorias presentes en el territorio. Es más: se calcula que más del 35 % de las especies de aves de nuestro país realiza algún tipo de migración. Colaborar para que sigan presentes y continúen con sus movimientos migratorios es fundamental para mantener la riqueza de la diversidad biológica en Argentina.

golondrinas
Golondrina

La migración de las aves consiste en los viajes estacionales regulares que realizan muchas especies. Su ventaja primaria es energética. Los días más largos del verano en el norte proveen mayores oportunidades para alimentar a los polluelos. La extensión de las horas del día les permite producir nidadas más grandes, comparadas con las especies emparentadas no migratorias. En el otoño, a medida que los días se acortan, las aves regresan a las regiones cálidas donde el suministro de alimento disponible varía poco con la estación.

Entre los servicios que prestan estos pájaros se pueden nombrar el consumo de insectos, regulando sus poblaciones, y la dispersión de semillas que aseguran la reproducción y supervivencia de variadas especies de flora.

Las principales amenazas conocidas para estos ejemplares incluyen el cambio en el uso de la tierra y la pérdida del hábitat como los más importantes, seguidos por la colisión con edificaciones e infraestructura, la depredación llevada a cabo por especies exóticas invasoras, la exposición a pesticidas y a otros contaminantes, la caza, el tráfico ilegal y el cambio climático.

La conservación de las aves migratorias es un indicio de la salud de los ambientes que visitan a lo largo de sus rutas o en los cuales habitan. La conservación de la biodiversidad es importante para el sostenimiento de los ecosistemas, además de tender lazos entre personas y pueblos, motivados por acciones para su preservación entre regiones diversas y países distantes.

En Argentina, son el playero rojizo y el cauquén colorado las especies más amenazadas. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación participa de esfuerzos con otras jurisdicciones para la preservación de las poblaciones de cauquenes, con acciones específicas dirigidas al cauquén colorado, promoviendo el control de la caza furtiva e incentivando el éxito reproductivo de la especie.

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