Construcción de Ciudadanía Planetaria desde la ruralidad en Chubut

Se está implementando un proyecto escolar donde los estudiantes se involucran en un proceso de evaluación ambiental como punto de partida en la construcción de sostenibilidad en sus comunidades.

Mes del Ambiente09/06/2023 Juan Ignacio González Mazziotti *
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La magnitud y complejidad de los problemas socioambientales que afectan a nuestra especie, a las demás especies y al conjunto del planeta, nos desafían a pensar y desarrollar abordajes colectivos, sinérgicos y sostenidos en el tiempo que involucren a todos los sectores de la sociedad civil, con perspectiva de sostenibilidad. Nos urge encontrar nuevas formas de ser y estar en la Tierra. Se trata de dejar de lado la cosmovisión atomizada del mundo para construir una visión unificadora del planeta, una ciudadanía planetaria.

La ciudadanía planetaria se plantea como un nuevo proyecto civilizatorio basado en el diálogo y la relación convergente de todos los seres que conformamos la Tierra, sintiendo y viviendo el hecho de que formamos parte constitutiva de ella, para intervenir proactivamente en la construcción de sostenibilidad.

En este sentido y desde 2017, en la provincia de Chubut se está implementando un proyecto escolar que promueve la construcción de ciudadanía planetaria. El mismo involucra a los estudiantes de la Escuela Secundaria Rural N° 7712, de las aldeas Sepaucal, Blancuntre, Lagunita Salada y El Escorial; todas ellas ubicadas en la región de la meseta central, en plena estepa patagónica. Cada una de estas aldeas reúne unas pocas casas. Los pobladores son, en su mayoría, descendientes de pueblos originarios de la etnia Mapuche-Tehuelche y su actividad principal es la ganadería de subsistencia (crían ovejas y aves de corral). La provisión de servicios es muy precaria: el agua la obtienen de pozos, un generador a combustible provee de electricidad algunas horas del día, no hay red de gas natural ni de cloacas. La conectividad a internet es muy limitada y suele estar restringida a la escuela.

Sin embargo, en este contexto se identificaron ciertas fortalezas con un valor sustancial para la construcción de ciudadanía planetaria: multiculturalidad, conocimiento local del ambiente natural, arraigo y sentido de pertenencia de los habitantes de las aldeas, como así también el importante rol comunitario de la escuela en cada una de ellas.

Los estudiantes se involucraron en un proceso de evaluación ambiental como punto de partida en la construcción de sostenibilidad en sus comunidades, propiciando el diálogo entre pares en las diferentes comunidades rurales, como así también el diálogo intergeneracional como una forma de revalorizar los saberes ancestrales existentes, la re-significación de los conocimientos construidos a lo largo de las trayectorias escolares en el nivel y el fortalecimiento de las habilidades cognitivas de orden superior y de las habilidades sociales.

Las preguntas que guiaron el trabajo fueron: ¿Cuáles son las problemáticas socioambientales que afectan nuestra aldea rural? ¿Cómo nos afectan? ¿Cómo afectan a otras personas y ecosistemas las mismas problemáticas en otros lugares? ¿Cómo interfieren estas problemáticas locales en el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)?

Foto 2 - Juan Ignacio González Mazziotti (1)

Las tareas desarrolladas incluyeron: análisis de la Agenda 2030 y los ODS, identificación de ODS prioritarios en las respectivas aldeas, identificación y relevamiento de problemas ambientales locales que interfieren en el alcance de esos ODS (trabajo de campo en cada aldea rural, registro fotográfico y audiovisual), entrevistas a informantes clave, análisis preliminar de datos, socialización de problemas ambientales locales y de los análisis preliminares de datos (trabajo áulico en la escuela sede con participación de todos los estudiantes involucrados), identificación de similitudes y diferencias, definición de un plan de acción.

En cada nuevo ciclo lectivo, nuevos estudiantes resignifican y continúan el trabajo desarrollado por sus pares de años anteriores. De esta manera, ellos mismos iniciaron su abordaje comunitario con miras a gestionar los problemas hallados de manera sostenible.

Entre los principales resultados obtenidos hasta el momento, se pueden destacar:

●    58 estudiantes protagonizaron la experiencia desde 2017 a 2021. Sin embargo, toda la comunidad educativa y local se involucró en las diferentes actividades desarrolladas.
●    Los principales problemas socioambientales identificados son: los basurales, la gestión de efluentes, el acceso al agua potable, la amenaza de la megaminería, el deterioro de caminos.
●    Las acciones de cambio desarrolladas incluyen: jornadas de limpieza, campañas informativas, construcción de leños ecológicos y petitorio a las autoridades.
●    Los aspectos más significativos de la experiencia han sido documentados por los estudiantes en un mural virtual (https://bit.ly/3xnhZVJ).
●    La socialización (en la escuela y en los hogares) de los problemas ambientales locales identificados, habilitó un diálogo intergeneracional e intercultural con adultos y con pares, que permitió a los estudiantes interpretarlos en el contexto socio-histórico, evaluando sus impactos en la naturaleza y en la sociedad, comprendiendo sus consecuencias económicas y ecológicas.
●    Al cotejar sus problemas ambientales con problemáticas similares en otros lugares se pudieron establecer diferencias y similitudes en los procesos que intervinieron en sus génesis. Esto permitió a los estudiantes ampliar su perspectiva a escala planetaria y, así, lograron pensar su implicancia en el contexto global planteado por la Agenda 2030.
●    Recuperar la voz de los ancianos de las aldeas fue clave para que los estudiantes consiguieran historizar los problemas ambientales y recuperar saberes ancestrales claves para reestablecer la armonía en la relación con la Ñuke Mapu (la Madre Tierra, en mapuzugun) y, así, construir sostenibilidad.
●    Se fortaleció el currículum local y el aprendizaje colaborativo, al tiempo que se desafiaron los límites de acceso a la conectividad.
●    Los estudiantes tuvieron la oportunidad de resignificar sus experiencias cotidianas en la ruralidad y sus conocimientos construidos a lo largo de su trayectoria escolar al hacerlos operativos en el contexto social, lo que permitió fortalecer las habilidades cognitivas de orden superior tales como investigar, razonar, organizar conceptos y comunicar.
●    Se contribuyó al empoderamiento juvenil rural y se habilitó un diálogo intercultural, intergeneracional y entre pares inédito hasta el momento, lo que da cuenta también del fortalecimiento de las habilidades sociales.

* Juan Ignacio González Mazziotti: Licenciado en Gestión Ambiental (UBP), Máster en Cambio Climático (UNEA) y Profesor Itinerante de la Escuela Secundaria Rural Sede N° 7712 (Chubut).

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