Solo uno de cada 400 juicios por crímenes ambientales en Brasil termina en condena de prisión
Los tribunales de ese país tenían contabilizados 183.300 casos de delitos ambientales de todo tipo hasta agosto, con 433 que han terminado en prisión.
Científicos argentinos destacaron la contribución de los cetáceos a la fertilización de los océanos y a la captura de carbono. En tanto, economistas de la Fundación Meri y el FMI midieron el valor de los servicios ecosistémicos y sociales que aporta esta especie al mejorar la productividad y el turismo en zonas marítimas y costeras.
General13/12/2022EcoObjetivoLas ballenas fueron foco de atención mediática a comienzos de octubre, cuando se hallaron más de 30 ejemplares muertos en las costas de la Península Valdés. El episodio, provocado por una floración algal venenosa -conocida como “marea roja”- inusualmente intensa, invita a la reflexión: ¿Por qué son tan vulnerables e importantes estos gigantes oceánicos?
“Las ballenas son guardianas de los océanos y de la vida misma”, afirma Roxana Schteinbarg, co-fundadora y coordinadora de Programas de Comunicación del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB).
Y continúa: "Con sus enormes cuerpos, tienen la capacidad de capturar CO2 (dióxido de carbono) de origen antropogénico, mucho más que un árbol: 33 toneladas a lo largo de su vida, que puede superar los 100 años. Cuando mueren y sus cuerpos llegan al fondo del mar, este gas queda retenido en el lecho oceánico, reduciendo el stock de CO2 en la atmósfera, y contribuyendo como si fueran bosques, a la mitigación del cambio climático”.
Pero no es ésta su única función ecosistémica. Las ballenas son también grandes fertilizadoras de los océanos: al alimentarse de krill y defecar, van reponiendo nutrientes que permiten el crecimiento de algas y otros microorganismos que son a su vez alimento del krill, en un ciclo perfecto de economía circular.
Por otro lado, estas enormes y carismáticas criaturas del mar también contribuyen, a partir de actividades de avistaje, al desarrollo del turismo en muchas regiones del mundo, como la península de Valdés en la Patagonia argentina.
Guardianas en peligro
Paradójicamente, y pese a sus enormes contribuciones al ecosistema, las ballenas son una de las especies más amenazadas por los desequilibrios ambientales generados o agravados por la actividad humana: el cambio climático, la basura plástica y la contaminación de los océanos y mares.
Un estudio de investigadores del ICB y de Ocean Alliance mostró los efectos del cambio climático sobre la supervivencia de las hembras de ballena franca austral. De acuerdo a este trabajo, que fue publicado en la revista científica Science Advances, la mortalidad de las hembras aumenta luego de eventos de El Niño, y esto puede retrasar o incluso impedir el nacimiento de nuevos ejemplares.
El Niño, -un fenómeno caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano- provoca un calentamiento de la superficie del mar, reduciendo la abundancia del krill. Esto disminuye las posibilidades de alimentación y afecta especialmente a las hembras en etapa reproductiva. Las ballenas tienen un año de gestación seguido por otro año de lactancia, lo cual implica un sobre-esfuerzo para su organismo que las hace perder masa corporal, según mostró el estudio a partir de foto-identificación y comparación de imágenes de las ballenas a lo largo de los años.
El cambio climático también genera una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos como la marea roja que ocurrió en la zona de Península Valdés entre fines de septiembre y principios de octubre y provocó la muerte de al menos 30 ballenas.
“Hay evidencias que muestran que los cambios en las corrientes marinas y en la intensidad de los vientos, el aumento de la temperatura del mar y de la cantidad de materia orgánica en el agua, favorecen las floraciones algales que provocan la marea roja”, explica el biólogo Mariano Sironi, co-fundador y director de investigaciones del ICB.
“Lo que sucedió es que este año las floraciones algales tuvieron niveles récord de toxinas. Y si bien las ballenas no se alimentan de algas sino de zooplancton y krill; filtran el agua con algas y al filatrarla, ingirieron las toxinas letales”, explica Sironi.
Los tribunales de ese país tenían contabilizados 183.300 casos de delitos ambientales de todo tipo hasta agosto, con 433 que han terminado en prisión.
Brisa nació en el exZoo de Córdoba en 2006. Con 18 años, era la tigresa más longeva del Parque de la Biodiversidad. Su larga vida se extendió por encima de la expectativa de este espécimen en la naturaleza, que ronda entre los 10 y 12 años.
Mediante imágenes satelitales, el área técnica de Policía Ambiental advirtió intervenciones forestales en Eufrasio Loza, Los Chañares, en el paraje La Cañada y en Bialet Massé, lo que motivó la actuación del organismo.
Se trata de espacios verdes que conforman los entornos en los que se encuentran ubicados los museos de la Empresa Provincial de la Energía de Córdoba. Allí se realizó una caminata de interpretación con guías capacitados.
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Con la participación de 40 municipios y empresas, los desechos se convierten en materia prima de distintos procesos productivos. A dos meses de la puesta en marcha, ya se recolectaron más de 285 toneladas de neumáticos.
Con la participación de 40 municipios y empresas, los desechos se convierten en materia prima de distintos procesos productivos. A dos meses de la puesta en marcha, ya se recolectaron más de 285 toneladas de neumáticos.
Se trata de espacios verdes que conforman los entornos en los que se encuentran ubicados los museos de la Empresa Provincial de la Energía de Córdoba. Allí se realizó una caminata de interpretación con guías capacitados.
Mediante imágenes satelitales, el área técnica de Policía Ambiental advirtió intervenciones forestales en Eufrasio Loza, Los Chañares, en el paraje La Cañada y en Bialet Massé, lo que motivó la actuación del organismo.
Brisa nació en el exZoo de Córdoba en 2006. Con 18 años, era la tigresa más longeva del Parque de la Biodiversidad. Su larga vida se extendió por encima de la expectativa de este espécimen en la naturaleza, que ronda entre los 10 y 12 años.
Los tribunales de ese país tenían contabilizados 183.300 casos de delitos ambientales de todo tipo hasta agosto, con 433 que han terminado en prisión.