¿Qué es la educación ambiental y cómo nos llevará a alcanzar el desarrollo sustentable?

Mes del Ambiente 28 de junio de 2023 Por Guadalupe Rodríguez Walker *
El principal objetivo de la educación es ser vínculo de transmisión de conductas, valores y comportamientos, que posibilitan a las personas a adquirir nuevos conocimientos.
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¿Qué es la educación ambiental y cómo nos llevará a alcanzar el desarrollo sustentable?

El desarrollo sustentable permite replantearnos nuestra vinculación con la naturaleza. Hoy conocemos que existen límites para el crecimiento económico, el desarrollo social y la explotación de los ecosistemas debido a la capacidad de la biósfera para asimilar los efectos perjudiciales de las actividades humanas. Ya no podemos hablar de problemas ambientales independientes, locales, sino que somos conscientes de que éstos constituyen una red de elementos que se relacionan entre sí, configurando la realidad de la crisis ambiental actual.

Necesitamos de manera urgente un cambio de paradigma; no podemos continuar con el discurso de que la problemática ambiental es una demanda del futuro, porque es una realidad que nos apremia en el presente. Nos urge un cambio de principios, de costumbres, de hábitos en donde pongamos a la protección y restauración del entorno natural como prioridad en las agendas políticas, académicas; en la ciencia, en la innovación. 
En este contexto, la educación comienza a jugar un papel cada vez más importante en la promoción del aprendizaje y la participación de la comunidad en la toma de decisiones que involucren los problemas ambientales.  Todo ser humano precisa de la educación ya que, bien orientada e integral, es el mejor instrumento que permite la transformación social y ambiental. De hecho, la educación es tan valiosa que, además de considerarse un derecho para el humano, constituye el Objetivo del Desarrollo Sostenible n°4 de la Organización de las Naciones Unidas: “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Según la ONU la educación es la clave para poder alcanzar otros muchos Objetivos del Desarrollo Sustentable, contribuye a reducir las desigualdades y a lograr la igualdad de género, empodera a las personas de todo el mundo para que lleven una vida más saludable y sostenible, es fundamental para fomentar la tolerancia entre las personas, y contribuye a crear sociedades más pacíficas.

Podemos definir a la educación como un proceso que garantiza la construcción y reconstrucción de conductas, valores, conocimientos y capacidades, tanto individuales como colectivas. 

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Se puede decir, entonces, que el principal objetivo de la educación es ser vínculo de transmisión de esas conductas, valores y comportamientos, que posibilitan a las personas a adquirir nuevos conocimientos que les serán de utilidad para ser miembros activos de la sociedad. 

En la actualidad, una de las mejores herramientas que promueve la conciencia y la actuación frente a la problemática ambiental es la educación ambiental, que surge con los primeros movimientos conservacionistas a fines del siglo XIX y principios del siglo XX buscando generar una “nueva escuela” que lograra establecer una relación de armonía entre el ser humano y la naturaleza. Con los años se han llegado a disponer de varias definiciones de educación ambiental. Sin embargo, desde comienzos de la década de 1970 todas ellas tienden a enfatizar puntos similares a los de la Conferencia de Nevada de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y Recursos Nacionales de la UNESO-PNUMA, en 1990, que establece que:

“La educación ambiental es el proceso de reconocer valores y clarificar conceptos con el objeto de desarrollar habilidades y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su entorno biofísico. La educación ambiental incluye también la práctica en la toma de decisiones y la autoformulación de un código de conducta sobre los problemas que se relacionan con la calidad ambiental”.
Es decir que la educación ambiental busca alcanzar una serie de objetivos, como comprender la naturaleza compleja del ambiente, resultante de la interacción con sus aspectos biológicos, físicos, culturales; mostrar las interdependencias económicas, políticas y ecológicas del mundo moderno; fomentar una conciencia clara y un interés, crear nuevos patrones de conducta en los individuos y la sociedad, entre otros. 

Particularmente en Argentina, la educación ambiental ha sido un tema relevante y ha experimentado avances significativos en los últimos años. Ley Nacional de Política Ambiental N°25.675, del año 2002, establece a la educación ambiental como uno de los instrumentos de política y gestión ambiental ya que ésta constituye el instrumento básico para generar en los ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado, propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible, y mejoren la calidad de vida de la población. 

Además, en la Ley Nacional de Educación N°26.206, del año 2006, se promueve, tanto en el nivel primario como en el secundario, el conocimiento y los valores que permitan el desarrollo de actitudes de protección y cuidado del patrimonio cultural y el ambiente; y se establece, como uno de sus objetivos, el formar sujetos responsables, que sean capaces de utilizar el conocimiento como herramienta para comprender y transformar constructivamente su entorno social, económico, ambiental y cultural, y de situarse como participantes activos en un mundo en permanente cambio.

Por otro lado, en el año 2020, se estableció la Ley Yolanda N°27.592 con el objeto de garantizar la formación integral en ambiente, con perspectiva de desarrollo sostenible y con especial énfasis en cambio climático para las personas que se desempeñen en la función pública.

Más tarde, en el año 2021, pudimos celebrar la sanción de la Ley para la implementación de la Educación Ambiental Integral en la República Argentina N°27.621, cuyo objetivo es establecer el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional, definiendo a ésta educación como proceso que defiende la sustentabilidad como proyecto social, el desarrollo con justicia social, la distribución de la riqueza, preservación de la naturaleza, igualdad de género, protección de la salud, democracia participativa y respeto por la diversidad cultural.

Tampoco hay que omitir la labor de las organizaciones no gubernamentales argentinas que trabajan la educación ambiental desempeñando un papel importante en la sensibilización y la promoción de prácticas sostenibles.

Claramente podemos ver que la educación ambiental es la herramienta idónea para fomentar y alcanzar el desarrollo sustentable, ese desarrollo que permite hacer uso de los recursos para satisfacer nuestras necesidades actuales, sin comprometer a las de las generaciones futuras. Pero no tenemos que cegarnos ante tan lindo concepto, que data del 1987.

Si bien la educación ambiental es un proceso continuo y permanente, sometido a constante actualización, las propuestas que surjan desde esta rama no son de gran utilidad si no van acompañadas de medidas de gestión eficaces. Muchas veces, las campañas de sensibilización ambiental buscan generar comportamientos específicos pero sin tener en cuenta la necesidad de las infraestructuras apropiadas para responder a estos nuevos requerimientos. 

En otras palabras, las medidas educativas deberían guardar coherencia entre los principios y objetivos de la educación ambiental y las medidas de gestión ambiental llevadas a cabo, principalmente, por los organismos públicos. De no ser así, estas prácticas quedan sumergidas en un mar de generalidades y planteamientos ecológicos con muy poco contacto con la realidad de los problemas.

Si tenemos presente este detalle, la educación ambiental brinda las oportunidades necesarias para desarrollar y fortalecer una ética ambiental que nos guiará finalmente al desarrollo sustentable tomando de referencia a valores, como paz, libertad, solidaridad, igualdad, respeto, justicia, responsabilidad y bien común.

(*) Guadalupe Rodríguez Walker - Lic. en Gestión Ambiental y Lic. Higiene y Seguridad Laboral, , Graduada Universidad Blas Pascal, Experta en Educación Ambiental, Auditora integral de Normas ISO, Docente universitaria